domingo, 16 de agosto de 2009


Flashback

La lluvia parecía interminable. Las gotas no paraban de caer. Sobre el cemento producían un estruendo similar al de pequeñas explosiones, una atrás de la otra. Y así, por horas y más horas.



Yo pensaba en la distancia. En lo que hace la distancia. En los que hacen la distancia. En los que la crean. En los que la destruyen. En los que la matan para resucitarla una y otra vez, eternamente.



Pensaba en el tiempo. En los cambios rimbombantes que de a ratos trae el tiempo. En todo eso que el tiempo no permite cambiar. En lo caro y lo barato del tiempo. En cuánto vale un segundo para un atleta olímpico o para alguien esperando un informe médico en una sala de terapia intensiva y cuánto para un enamorado o un poeta insomne de por vida a las tres de la madrugada de un día cualquiera.


También pensaba en la compañía. Y por qué no, en la no-compañía. Intentaba hacerme una idea de esa soledad acompañada de la que una vez habló un cantautor cubano. Pensaba en el valor de una compañía tanto para un náufrago como para una pareja adulta ante un inminente divorcio conviviendo bajo un mismo techo.


Pensaba en el amor. Pensaba en cuánto pueden y no pueden hacer la distancia y el tiempo por el amor. O en cuánto podrían hacer pero ni uno ni otro quieren. Pensaba en cuánto podrían cambiar el amor una sencilla compañía, una pizca de tiempo o la suficiente distancia.


O quizás, qué tanto amor podría caber en una milésima de segundo, cuando alguien encuentra una mirada que esperó toda su vida por encontrar… O qué distancia podría existir cuando el amor es realmente puro y ante todo inalterable... O qué sería de la idea del amor si no empezara todo por el sólo hecho de sentirse simplemente un poco más acompañado que de costumbre…


Pero bueno… Al final de todo a mí lo único que me preocupaba era el interminable ruido de la lluvia sobre un cabello que ni siquiera era el mío. Y al fin y al cabo, caí en cuenta que en realidad, desde esa tarde, el ruido del agua jamás iba a volver a molestarme…

No hay comentarios:

Publicar un comentario