jueves, 21 de marzo de 2013

:silencio:




Duele el alma.
Y me siento demasiado culpable para soportarlo.
Lo más triste es que ya no queda nadie a quien culpar.
Si pudiera retractarme de todo, lo haría, creéme.
Pero es bien sabido que el pasado no se puede cambiar.
Mirarte a los ojos duele.
Es cuando el alma llora.
Y grita en silencio, por siempre.


Como una criatura maldita y no terminada
a quien su creador decidió abandonar en el camino.
Un alma sin perdón. Sin siquiera un hilo de luz.
Sentada en un rincón, al oscuro.
Tan avergonzada de ser quien soy.
Con una sombra enorme en medio del pecho.
Es cuando mi alma llora.
Y llora en silencio, de dolor.


Intentando eternamente encontrar el calor
contra un bloque de hielo seco.
Suavemente y de rodillas
ante algún cielo estrellado, a tus pies.

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